Llegó el momento.
Legó el momento y no lo acepto,
sabía que llegaría y algunas veces, me preparé para él.
Pero por más que lo pensara, nunca estuve dispuesta a aceptar su llegada.
Es por eso que aunque traté de prepararme, llegó y resultó sorpresivo.
¿Era posible prepararse para él?
Cuando veces anteriores, llegó para los demás, pensaba que algún día,
también llegaría para mí.
Sin embargo, siempre lo veía lejos, tan lejos...
y esa lejanía de pronto un día, se desvaneció.
Me empujó fuerte, tan fuerte, que sentí pararse mi corazón.
Todas las preocupaciones cotidianas desaparecieron,
mi mente bloqueada sin poder razonar,
mi alma sin saber qué sentir...
Mi peso se triplicó, no podía caminar ni apenas mirar al frente.
La tristeza e incredulidad me tiraban hacía abajo tanto, que el suelo parecía alto.
¿Cuánto tiempo va a durar esto?
Hay momentos que son temporales, pero este, será infinito.
Legó el momento,
el momento interminable de acostumbrarme a vivir sin ti.
Me gusto mucho, aunque un poco triste. Murió.
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