- ¿Estás bien?
- ¿Sabes?, a veces sí, pero muchas otras no. Sin embargo, siempre te tuve ganas.
- ¡Ah!, Bueno.. este...
- ¿Ah, bueno, este...? Emocionante respuesta donde las haya.
-Y bueno, me descolocas. ¿Qué se yo?, no puedes llegar y soltarme así de repente...
-Y bueno, tú preguntas, voilà! yo respondo. Quién no quiere oír la verdad no pregunta.
-¿Y por qué no sueles estar bien?
- El estar es más que un estado particular. Como te dije, siempre te tuve ganas, hoy no dejo de tenértelas y espero no dejarlas nunca. Pero se pasa por diferentes etapas: tristeza, desolación, nostalgia, apatía, enfado. Lo bueno es que logro pasar esas etapas pues las ganas que te tengo son mayores, y según las paso, más ganas te tengo todavía.
Tú, ¿me las tienes a mí?
- La verdad sí, pero me gusta retarte. A veces me cuesta ganarte por las mañanas, hay noches que te me pierdes, sin embargo otras, me haces llegar alto, muy alto. Y es en esas noches cuando puedo perderme en ti sin miedo. Entonces me doy cuenta, justo ahí, de lo tanto que te quiero, ¿sabías que te quiero no?
-¡Sí claro! De ahí las etapas de risas, alegrías, complicidades, sueños, amor, pasión y entrega.
-Adoro que me quieras.
-Yo adoro vivirte.
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